Etiqueta: Terapeutas

Dos maestros

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Existen dos hombres de gran renombre como maestros del Camino Correcto.

Un hombre fue a ver a uno de ellos, cuyo nombre era Pam. Al encontrarlo le dijo:

-“¿Me aconsejarías qué hacer y qué no hacer?”

-“Sí, pero te daré tales instrucciones que te serán muy duras de cumplir, puesto que irán en contra de tus preferencias, incluso aunque éstas consistan a veces en privaciones.”

Pam pasó varios meses con el maestro, y descubrió que la enseñanza era realmente muy difícil para él. Aunque los anteriores discípulos de este maestro eran ya famosos en todo el mundo como iluminados, él no podía soportar los cambios, las incertidumbres y las disciplinas que se le imponían. Al final, solicitó permiso al para dejarle, y viajó al pueblo del segundo maestro, Sam.

Le preguntó:

-“¿Me impondrás tareas pesadas que pueda considerar cercanas a lo intolerable?”

Sam respondió:

-“No te impondré tales tareas.”

El aspirante preguntó:

-“Me aceptas entonces como discípulo?”

Sam respondió:

-“No hasta que me hayas preguntado por qué mi entrenamiento no sería tan costoso como el de Pam.

El candidato preguntó entonces:

-“¿Por qué no sería tan costoso?”

Sam le contestó:

-“Porque yo no me ocuparía de ti y de tu bienestar, como lo hizo Pam. Por lo tanto, no debes pedirme que te acepte como discípulo.”

Idries Shah

Se asoma el ego

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La transformación personal es un trabajo individual e intransferible de uno mismo.

Los grupos de estudio, intercambio de experiencias y ayuda mutua pueden a veces ser útiles.

Pero ¡cuidado! Frecuentemente se convierten en palestras de lucimiento de Ios «egos» que buscan ante todo agrandarse y lucirse con los intercambios de experiencias y un disimulado orgullo y alarde por sus adelantos y logros personales.

Son muy contados y escasos los grupos o comunidades de estudio y trabajo interior en que el beneficio y progreso real sea superior a la satisfacción vanidosa y superficial del ego fatuo y presuntuoso.

Muchas de las reuniones de sociedad o de altruismo y beneficencia y hasta algunas de mutua ayuda espiritual se convierten en una trampa y sutil disfraz de narcisismo personalista.

En última instancia la transformación del espíritu es íntima, callada, sin ostentación ni exterminación.

Las experiencias más íntimas y eficaces son incomunicables justamente por ser íntimas.

La vanidad ronda sutilmente por los entresijos del corazón y el alma y puede colarse también en las reuniones supuestamente espirituales.

Es conociclo por todos que los maestros verdaderos de la vida espiritual no han hecho nunca alarde de sus logros, ni siquiera de sus enseñanzas.

Cuanto más en silencio se trabaja, más efectivo es el resultado.

Darío Lostado

La imagen de tus ojos

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Eran dos ranas.

Una vivía en Osaka y la otra en Kyoto.

Aquel año había mucha sequía en Osaka.

Y la rana que vivía allí, se dijo:

Me iré a Kyoto donde hay buen paisaje y buena agua.

Pero en Kyoto tambien había sequía aquel año.

Y la rana de allí también se dijo:

Me iré a Osaka donde hay buena agua y buen paisaje.

Las dos se pusieron en camino y se encontraron en la mitad del viaje.

Cuando estaban en la cima de un monte cambiando sus impresiones se hincharon y abrieron los ojos de una manera extremada.

La de Kyoto veía Kyoto reflejado en los ojos de su compañera.

La de Osaka veía Osaka reflejado en los ojos de la otra rana.

La de Kyoto dijo:

¡Pero si Osaka es como Kyoto!

La de Osaka exclamó:

iPero si Kyoto es como Osaka!

Si nos mirásemos a los ojos mutuamente con verdadera mirada de búsqueda y comprensión nos veríamos a nosotros mismos en los ojos y en el alma de los demás.

Todo lo que vemos en los demás es reflejo de nosotros mismos.

Darío Lostado

El daño del padre presente

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  • La ausencia del padre tiene alta incidencia en la salud psicoemocional del hijo. Hay también modelos de padre «presente» que afectan a la neurosis filial.
  • El hijo tiene la necesidad y la oportunidad de manejarse con su circunstancia (padre ausente/padre presente) y tratar de «solucionarla» de diversas maneras:
    • Con la revisión consciente, propia de la psicoterapia.
    • Con el trabajo simbólico y creativo. La vía artística.
    • Con el ejercicio de la propia paternidad. Cuando la vida te da la oportunidad de ver las cosas desde el otro lado.
    • Otro camino de maduración personal, sin descartar las equivocadas: depresiones, adicciones, comportamientos nocivos o conductas autodestructivas, etc.

Algunas actitudes, conductas recurrentes y salidas frecuentes (Blas Matamoro, «Novela familia»)

  1. El Padre ausente, por muerte temprana o por inhibición de su rol. El primer caso produce huérfanos, sin modelo cercano de carne y hueso. Han de inventárselo y recrearlo idealizada o fóbicamente. El huérfano inseguro, buscador compulsivo de adultos, necesita un modelo interno y una protección externa. Los padres irrelevantes son los que no ejercen como tales, ajenos a sus funciones emocionales y educadoras, inhibidos y parapetados tras la madre. Los hijos de un padre mediocre arrastran vergüenza y resentimiento, pero lo más grave es su modelo pobre de masculinidad; alguien sin coraje frente a la vida, frente a su familia de origen o frente a la esposa y su familia política. Lo más probable es que el hijo tema a la madre y desprecie al padre: se avergüenza de él a la vez que le echa de menos como aliado de género. Es frecuente que el hijo intente una suplantación, tomando el papel de padre. Otros padres desaparecen absortos en sus negocios o intereses.
  • Cuando hay un nivel de reconocimiento del padre, por pequeño que sea, el pronóstico para el hijo es mucho más saludable.
  • En nuestro mundo la situación más habitual: padres, o adultos varones en general, que son torpes emocionalmente pero que se sienten realizados al tener poder social (económico, laboral, etc.) con el que atender y proveer a su familia.
  • En la medida en que la madre tiene actualmente más presencia en el ámbito sociolaboral, los varones tienen la oportunidad de desarrollar más y mejor sus afectos, lo cual atenta contra la cultura patriarcal tradicional, y de ahí la crisis profunda y poco consciente de los hombres de hoy.
  1. El padre presente por exceso es tan dañino como el ausente por defecto. P.e. el padre que se proyecta en el hijo y no lo ve como otra persona. Ante ese padre sólo cabe la sumisión o la rebelión, y a veces una combinación de ambas (dependencia/contradependencia) vivida con culpa y resentimiento.
  • La figura más dañina es el padre autoritario y violento que se posiciona como enemigo del hijo. Es el padre maltratador en el sentido más amplio (física, psicológica o moralmente) puede seguirse en estas categorías filiales:
    • Hijos destrozados interiormente con comportamientos conflictivos con los otros y con la sociedad.
    • Hijos autodestructivos (que perpetúan el daño paterno).
    • Hijos competitivos con la figura o la sombra de un padre célebre (con la misma profesión o vocación).
    • Hijos que trascienden creativamente al padre enemigo y sanan el daño en el ámbito artístico.

La reparación de los daños paternos exige tiempo y conciencia. Para completar la visión de los daños conviene reflexionar sobre el carácter del padre y las consecuencias en el hijo.

Francisco Peñarrubia

El mentor

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  • El vacío del padre tiende a rellenarse con otras figuras que suplan esa presencia.
  • Los varones construimos una «función Padre», figuras sustitutivas del padre ante su ausencia. La función es: orientar hacia el mundo exterior, guiar el pasaje desde lo doméstico hacia lo social.
  • La figura del mentor o tutor cumple estos atributos.
    • «Me comprende y con el que hablo íntimamente».
    • «Como un padre espiritual»
  • Otra función esencial es la de intimidad con el padre. Algunos creen que no es posible y que no es deseable. Paradójicamente, es más fácil compartir el duro aprendizaje de la sexualidad, donde al menos tenemos al instinto como aliado.
  • El «Mentor» -en honor al amigo de Ulises, encargado del cuidado e instrucción de Telémaco-, como padre espiritual, que adolece de apego afectivo -porque nunca sustituirá al padre-, gana en naturalidad y libertad, con una autoridad menos amenazante que permite la confianza y la intimidad. No es un instructor o un transmisor de la norma.
  • El mentor es alguien mayor en experiencia y conocimiento que trata de cumplir las funciones del padre:
    • Iniciar en el conocimiento. El padre educador traduce los códigos del mundo al hijo para que los entienda.
    • Germinar en la vida. Ayudar a crecer y desarrollarse. Traer nutrientes para el desarrollo intelectual y psicológico del hijo. Preparar el ambiente idóneo y los espacios, hacer de puente con la sociedad.
    • Educar y dirigir conductas de crecimiento autónomo. Esto sólo lo puede hacer quien ha resuelto su dependencia, lo cual no es muy frecuente: abundan los adultos rebeldes-reactivos-egocéntricos, o los instalados-conformistas-desengañados e incluso escépticos-nihilistas-indiferentes. Faltan hombres conscientes de sus recursos y de sus limitaciones reales, capaces de percibir lo radiante y lo sombrío de su personalidad.
    • Enseñar cómo actuar frente al infortunio. La respuesta al infortunio suele ser inmadura: negar la desgracia o quedarse pegado a ella; sequedad emocional o hundimiento devastador. Más raramente se encuentran adultos que sepan combinar dolor y entereza, fragilidad y confianza, frustración y aceptación de las cosas como son. Es decir, un padre con varios rostros.
  • El padre como sustentador de estas funciones que acabamos de revisar y el progenitor no tienen por qué coincidir.
    • Al ser humano le bastan tres segundos para convertirse en progenitor. Muy diferente es ser padre, aunque pueden coincidir. Un padre siempre debe adoptar a su hijo. En el fondo sólo hay padres adoptivos.
  • El hijo es distinto -no es una extensión biológica y ciega de sí-. Es diferente naturaleza y cultura; la educación lleva de la primera a la segunda, va de lo biológico a lo espiritual, por eso no siempre se plasma en la misa persona, incluso es deseable que así sea a partir de la adolescencia, siempre que se encuentre un paternaje espiritual.
  • Antiguamente tuvo mucha importancia el «director espiritual» que en su mejor sentido era un guía, no un adoctrinador moral. Actualmente la figura del maestro y la del terapeuta encarnan esta función en sentido profundo: no tanto de instruir o facilitar recursos técnicos como de ayudar a desarrollar el potencial genuino del discípulo o paciente.
  • La enseñanza básica del maestro-mentor es su actitud amorosa, la ternura manifiesta y el reconocimiento filial. Parece un padre-madre, un modelo afectivo más propio del corazón que de la razón.

Francisco Peñarrubia

Recomendación de la semana

En este libro Francisco Peñarrubia no aborda la paternidad de manera genérica sino la particular relación entre el padre y el hijo, dos varones con dificultades de encuentro, de conocimiento y de transparencia emocional. Nuestra cultura ha dado por sobreentendido este vínculo, como si se tratara únicamente de autoridad, de modelo o de referencia pero evitando pudorosamente todas las implicaciones emocionales que le dan sentido.

Por eso podemos hablar de relación hurtada.

La reflexión del autor se sostiene en la experiencia psicoterapéutica, pero se desarrolla a través de los testimonios literarios de narradores, poetas y pensadores, a la manera de comentarios de texto, porque el arte siempre ha ido más allá de la clínica.

Ilustrada por escritos, canciones y películas, la relación padre-hijo va desvelándose como un camino complejo de claroscuros, que transmite la enfermedad pero aspira a la salud, es decir, a hacerse significativa y transformadora para ambos.

https://arzalia.com/libros/la-relacion-hurtada-en-busca-del-padre

El rugido del despertar

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Al atacar a un rebaño, una tigresa dio a luz y poco después murió. El cachorro creció entre las ovejas y llegó él mismo a tomarse por una de ellas, y como una oveja llegó a ser considerado y tratado por el rebaño.

Era sumamente apacible, pacía y balaba, ignorando por completo su verdadera naturaleza. Así transcurrieron algunos años.

Un día llegó un tigre hasta el rebaño y lo atacó. Se quedó estupefacto cuando comprobó que entre las ovejas había un tigre que se comportaba como una oveja más. No pudo por menos que decirle:

-Oye, ¿por qué te comportas como una oveja, si tú eres un tigre?

Pero el tigre-oveja baló asustado.

Entonces el tigre lo condujo ante un lago y le mostró su propia imagen.

Pero el tigre-oveja seguía creyéndose una oveja, hasta tal punto que cuando el tigre recién llegado le dio un trozo de carne ni siquiera quiso probarla.

-Pruébala -le ordenó el tigre.

Asustado, sin dejar de balar, el tigre-oveja probó la carne. En ese momento la carne cruda desató sus instintos de tigre y reconoció de golpe su verdadera y propia naturaleza.

*El Maestro dice: El ser humano común está tan identificado con la burda máscara de su personalidad y su ego que desconoce su genuina y real naturaleza.

Tomado de «Cuentos Clásicos de la India» recopilados por Ramiro Calle

El «clonazepam explicativo»

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  • Nuestro mundo privilegia la lógica racional sobre las emociones. Utilizamos un lenguaje indicativo: la descripción, interpretación y explicación. Es el lenguaje de la causalidad lineal: causa-efecto. De forma automática las personas dicen: «por qué».
  • ¿Será que si encontramos el por qué de lo que nos sucede, la causa, esa toma de conciencia nos liberará del problema? P.e. ¿Por qué me pasa esto a mí?
  • El por qué permite acumular más información.
  • El término «porque» es poderoso en la comunicación aunque no añada contenido lógico o una causa nueva. Parece que esta palabra sacia la necesidad de buscar motivos de las cosas en el ser humano. Intentamos colocar una cuota de orden para poder funcionar.
  • Frente a la incertidumbre y su angustia consecuente, la tendencia a encontrar el origen produce EFECTOS SEDATIVOS momentáneos o duraderos: hallar el porqué es algo así como un clonazepam explicativo. Este ingreso de nueva información, como una construcción lingüística que genera la comprensión del suceso, lleva a que la persona adquiera cierta seguridad para sentirse más estable dentro del propio sistema.
  • El sistema en el que uno está involucrado permanece estable, hasta que un evento crítico rompe el equilibrio (crisis) e inmediatamente se produce la pregunta (¿por qué?) y la posterior explicación del hecho posibilita, mediante la «comprensión» y la acción, restablecer una seguridad como primer paso para la adquisición de un nuevo equilibrio.
  • Hay «porqués» paliativos para salir de la tensión, pero no modifica la situación, no redimensionan la perspectiva de la construcción del problema. P.e. las racionalizaciones, intelectualizaciones y justificaciones, como mecanismos de defensa. P.e. Para resolver la ansiedad del momento, una persona responde con un elemento ingenuo o superficial externo: «Me siento triste porque llueve»; «Me pones de nervios».
  • La explicación ansiolítica o «clonazepam explicativo» nos da tranquilidad aunque no conlleve una modificación de las acciones. Se le da un nombre a lo que nos pasa, para evitar la incertidumbre del no saber.
  • Las verdaderas explicaciones nos llevan a recategorizar lo que nos sucede. Son explicaciones reestructuradoras que promueven el cambio de categoría y de acción.

Marcelo Ceberio